Todos sabemos que muchos proyectos de paisajismo se caracterizan por ser efímeros. Principalmente son obras que transforman un espacio natural consiguiendo cambiar ese lugar justo el tiempo que necesita la misma naturaleza para conseguir devolver con su fuerza su aspecto inicial a ese paisaje. 
Ésta es parte de la gracia de estos proyectos, que sólo se pueden disfrutar por un tiempo determinado, justo el que tarda la naturaleza en eliminarlo para que después sólo queden imágenes y recuerdos de lo que fue en un principio y que ya nunca volverá a ser ni a verse. Y ese tiempo suele ser bastante escueto: días, semanas, quizás meses...
Y alguno dura incluso horas, 6 como mucho...
Tony Plant es un artista que se dedica (entre otras cosas) desde hace 20 años a realizar obras en la arena de la playa con un rastrillo, y estas obras duran justo lo que tardan las olas del mar en tragárselas, por lo que lo único que quedan de ellas son las fotografías en las que aparecen.
Obras de grandes dimensiones de las que sólo se puede tomar conciencia vistas desde lejos, aunque tienen la habilidad de hacerte sentir participes de ellas cuando las ves desde la misma cota. Obras realizadas con una perfección asombrosa a pesar de su dimensión y de estar realizadas a base de espirales dibujadas a mano con el rastrillo, como si se hubiesen realizado con un compás...
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| imágenes vía Tony Plant |
Para + información:
- http://www.tonyplant.co.uk
- http://tonyplant.tumblr.com/
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